Caer en la tentación - Shibari

Este jueves: escribir un relato  sobre la tentación, detonante de la incitación, provocación, y el estímulo del deseo prohibido. 






Mi mejor amiga Giselle, pertenece a una sociedad secreta compuesta por personas que rinden culto a su cuerpo y desean explorar sus fantasías más privadas. Siempre ha estado con la obsesión de invitarme a una "saturnal" en el penthouse de Sterling en el barrio de TriBeCa. Me acostumbre a esquivar y resistir la tentación por años. Sin embargo, esta noche me aventure a aceptar la invitación.

Me doy una larga ducha caliente, y mientras voy secando las perladas gotas de agua sobre mi cuerpo, empiezo a fantasear con pensamientos eróticos. No puedo ahuyentarlos aunque lo quisiera, la tentación es fuerte y me domina. Exhaló un profundo suspiro, y dejo atrás mi debate interno; rápidamente me pongo el bodysuit de piel, las botas y agarró la chaqueta. Una limusina me recoge y me lleva hasta el lugar de la fiesta.

Al llegar me dirijo al área de recepción privada del penthouse que, está al extremo opuesto, donde se me indica que escoja una máscara que define mi personalidad. Los hombres visten de rigurosa etiqueta, las mujeres con ropa de piel sexy, todos con máscaras inspiradas en el mundo animal. Giselle está cerca de la barra y al verme, camina a través de las baldosas pulidas para recibirme.

- Estas lista? -
- Si. Estoy lista. -

Atravesamos los pasillos, alumbrado solamente con lámparas rojas hasta llegar a una especie de altar. Un hombre con máscara de Dragón empuña una espada sobre mi cabeza y reza un juramento, por el que me compromete a guardar con cautela el secreto de todo lo que aquí sucederá.

- ¡Atrévete, libera tu sexualidad! - me dice Giselle sonriendo, y desaparece entre los invitados envueltos en ese ambiente onírico y mágico. Me seducen los gritos y las risas de toda aquella gente que parece hechizada bajo las máscaras que esconden sus rostros. Unas máscaras que, nos tendrán en el anonimato durante toda la noche.

- !El abanico de tus manos es perfecta! uñas doradas para esta noche plateada. - me dice la voz cálida de un hombre, con máscara de pájaro.

A partir de ese instante, el tiempo se detiene, deje atrás mi personalidad inhibida, y me preparo a descubrir un lado que no conocía de mi. Todo sucede con una espontaneidad increíble. Y heme aqui, bajo el embrujo de sus manos, las cuales me van atando con inverosímil delicadeza a un perfecto Shibari (bondage Japonés). Una técnica que voy disfrutando al ir explorando increíbles sensaciones. Me siento tan satisfecha, esa pequeña diosa que todas las mujeres llevamos en secreto aplaude en mi interior.

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