El escenario es Tuyo - El príncipe Krong

Este jueves: de una lista de imágenes escoger una y usarla para un relato que nos inspire.







Después de destruir la Ciudadela flotante de Kronborg y dejarla anclada entre centenares de torres destruidas, la hechicera Druida voló en su espesa nube negra y se apareció ante el rey con una sonrisa macabra, de sus ojos salieron gárgolas lúgubres que lo sujetaron al trono.

- ¿Dónde está el príncipe? - preguntó con voz amenazante.

- !Jamas te lo diré! - respondió el rey, mientras trataba inútilmente de utilizar la espada. Cuando lo escucho se encolerizo, lo dejo caer y le arrojó su hiedra mágica que lo atrapó en su vellosa enredadera.

La reina Alaïa se dio cuenta que su hijo Krong estaba en peligro y, se apresuró a subir hasta la cúpula más alta de las torres, donde se agazapo protegiendo al pequeño en la burbuja del Limbus.

Entre tanto, las medusas acorazadas destrozaron todo a su paso con sus largas serpientes en busca del infante. La hechicera necesitaba alimentarse del único primogénito nacido bajo la fase lunar de Isis, para absorber la energía de los doce caballeros artúricos del que fue dotado al nacer. Tenía que darse prisa, ya que solo le faltaban dos días para la eclipse lunar. De esta forma no tendría que estar reencarnando y sería la reina invencible de los doce imperios flotantes.

Una rafaga de viento movió las nubes que cubrían las torres con piedra de color marrón. <<Las cúpulas de acero. >> pensó. Luego abrió sus negras alas con fuerza y alzó vuelo para rastrearlas hasta encontrar el escondite. La reina trató de enfrentarse a ella usando los poderes mágicos del monk de jade, sin resultado alguno, todos fueron manipulados por la magia negra, e inducidos a fluir en sentido contrario.

En ese instante de debilidad, la bruja desgarró con sus zarpas la dorada superficie de la burbuja, hasta que logró sacar a Krong. Cuando el príncipe quiso huir se cayó por las escaleras lastimándose un brazo, por el cual comenzó a emitir extraños sonidos de altos decibelios.

Antes que sus garras y dientes estuvieran listos para devorarlo, se escuchó el crujir de la espalda de la hechicera y de sus alas romperse en mil pedazos. La diosa Ghaeda la dominó de un solo golpe solar desde Nibiru su morada, enviándola de nuevo al gran lago oscuro.

Una vez que la hechicera fue derrotada, se llevó a cabo una celebración en el imperio de los Kronborgianos, aunque la amenaza aún no había desaparecido por completo.

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