Amberlyn

Canción: All I Need - Within Temptation.

Dimitri siempre estuvo rodeado de muchas hembras en su manada, pero nunca había visto un cuerpo tan perfecto como el de la vampira híbrida Amberlyn. Ella lo hipnotizaba con su aroma famélico y su desnudez completa. Sus fuertes brazos la sujetaron. 


- Anda, sube sobre mí. - susurró, ella subió sin resistencia; y comenzó a galopar con brío sobre aquel macho alfa, disfrutando su dominación. 


Su cuerpo se oscilaba arrebatadamente mientras el licántropo mantenía los ojos fijamente en ella. Un odio atroz mezclado con un arrebatador placer se apoderó de él, sin poder evitarlo. Le daba igual - pensó - lo único que le importaba era vengarse de esa hematófaga peligrosa y fatal. 


Luego en milésimas de segundo, sintió una fuerte adrenalina recorrer su cuerpo. Sus músculos se contrajeron y sus huesos crujieron, brincó en cuatro patas, abriendo las fauces con un salvaje aullido para atacar. 


Ella cayó al suelo, mostrando sus resplandecientes colmillos, mirándolo sorprendida y preguntó: 


- ¿Por qué....? - Que le importaba a él lo que ella sintiese, después del dolor que le había hecho sufrir un siglo atrás. Aunque sabía que lo amaba, no podía perdonarla, tenía que vengar la muerte de su madre. Esa fría noche, en esa cabaña apartada, una canción y una melodía recorría cada una de las fibras de aquella exótica vampira enamorada.


Él en vano, intentó hacerla trizas, pero a los pocos minutos se regeneró con más poder. Ella se abalanzó sobre él como un águila que está a punto de cazar su presa. Lanzó un zarpazo que dio contra su espalda y lo dejó sangrando profusamente. Seguido, desencadenó golpes de magia que lo alcanzaron en pleno pecho y propulsando contra la pared. Él se defendió ferozmente y aunque lo arrojó al vacío varias veces, no pudo contra su fuerza animal.


Un alarido estremecedor resonó en el interior de la cabaña, cuando sintió sus garras puntiagudas penetrar y sacar su corazón. Ella se debatió en forcejeo, mientras, podía sentir cómo su esencia se escurría fuera de sí, dejando atrás la imagen de su primer y gran amor. Después, Dimitri alzó sus ojos rojizos hacia la luna llena y profirió un terrorífico aullido que resonó por todo el valle.



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