Pecados capitales - Ira, Lujuria y Envidia.


—No eres más que una ramera, Marjân. Una ramera malcriada y consentida —.

Su mano se cerró en un puño que agitó ante los alarmados ojos de la cortesana.

—¡Escúchame bien! —dijo—te prohibo que te acerques a la alcoba del rey sin mi consentimiento —, las cejas de la reina se arquearon. No te atrevas a desobedecerme, de lo contrario te acusare de querer conspirar contra el rey, hare lo mismo que hice con tu madre —. 


En su niñez la rodearon escenas que acabo por detestar: los suspiros de la reina Deidra mientras trenzaba con esmero la larga cabellera rubia de su hija Yvonne, tarea que llevaba más dedicacion que el enérgico cepillado de sus rizos negros y largos. Le hubiera gustado cortarle el pelo a esa engreída, tírarlo y quémarlo. Antártika la odiaba por ser ella la única que gozaba de todos los mimos y atenciones del rey y la reina.


Por otro lado, el rey Fendley era promiscuo y orgiástico como un bonobo.

Estaba un poco pasado de peso, pero tenía mucho encanto todavía. Por lo demás, no se privaba de ciertos extras con las cortesanas que le gustaban. Este monarca era un excéntrico a nivel sexual. De carácter descarado, pero sobre todo de mucha labia, hacía que las princesas imperiales participaran en orgías. Su esposa sentía vergüenza de la escandalosa vida sexual de su marido. 


«Quiero que evites las salidas de noche… por muchas circunstancias que te hacen daño. Corren riesgo tu cuerpo y el estado». Sabía decirle cada anochecer. 


| Este jueves | Relato | La ira, la envidia y la lujuria.

 Escoger un pecado capital de La Mesa de los Pecados Capitales y hacer un relato con él, como protagonista. 
¡Gracias por leer! ¡Hasta la próxima entrada!

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