Diez años Demiúrgicos - Aquatrópolis 1º parte.

Este relato va dedicado al Dmiurgo de Hurlingham por los diez años en la blogosfera.
En un En un lugar a través del tiempo y del espacio…

- ¿Que paso? pero... si ... ¡Somos iguales! Chicas, no lo puedo creer, y estos uniformes? - pregunto Duality atónita. -

- Sabía lugar a través del tiempo y del espacio…

- ¿Que paso? pero... si ... ¡Somos iguales! Chicas, no lo puedo creer, y estos uniformes? - pregunto Duality atónita. -

- Sabía que este viaje a la dimensión X no podría ser agradable. Al menos hubieras preguntado a El viajero Interdimensional que hacer en estos casos. - añadió Atalanta con voz muy tensa.

- ¡No debe haber error! Sabe muy bien que vamos a la Zona Iconoclasta, lugar donde vamos a celebrar estos diez años de aparición del Dmiurgo por el mundo virtual.

- !Qué fastidio si nos desviamos! - dijo Mara Laira mientras miraba a su alrededor.

De repente vio a Dmiurgo salir de una neblina gris.

- ¿Qué es esto? - la rubia preguntó, mirándolo de pies a cabeza.
- Se ven hermosas. Ahora no hay manera de tener rivalidad entre ustedes. - dijo sonriendo efusivamente.
- !Responde! no estamos para bromas. - le interrumpió muy seriamente.

- Creo que fue demasiada la velocidad en la rotación espiral del vórtice. Por lo tanto nos desvió hacia otra dimensión. No hay forma de cambiar o retroceder, debemos explorar este universo paralelo. - explicó, tratando de ser convincente.

- ¡Ah, qué bien. Estos no eran los planes! - exclamó Atalanta mal humorada.
- Tiene razón. ¿Cómo vamos a celebrar tu cumpleaños? - comentó Mara Laira.
- ¡Maldita sea! ¿Alguien me puede decir hacia dónde vamos? - grito Duality exasperada.
- Hemos cruzado la heliopausa. La frontera de la heliosfera con el espacio interestelar. -
- ¿Eh? ¿Y que de estos trajes? ¿Porque nos clonaron? - pregunto, Duality.

- Nuestra nave detectó a tiempo el nuevo curso, he hizo la clonación inmediata. Esta es la única forma de activar los trajes Biomórficos. Pues, según la holografía vamos hacia a una nueva galaxia morfa acuática peligrosa. Solo tienen que oprimir el escáner, en la pantalla digital que llevan en el brazo y, encontrarán toda información.  - dijo, al ir revisando el sistema de propulsión en su traje.

De improviso sus trajes se biomorfidicaron activándose con una fuerza poderosa que, los impulsó a través de un hueco cristalino y gelatinoso;  llevándolos a una enorme y misteriosa Aquatrópolis en las profundidades del mar. Una ciudad post apocalíptica donde se generan mutaciones genéticas en sus ciudadanos hasta perfeccionarlos en seres humanos acuáticos. Al encontrarse en las entrañas del océano, la vista no era espectacular, su fondo negro azulado con sus plantas acuáticas y peces enfermos eran de temer.

-¡Cuidado! - exclamó el Demiurgo, al ver una especie de mutante nadar débilmente por la plataforma de acero.

- ¿Rayos, qué es eso? - pregunto Atalanta perpleja.
- Es un humano con semejante al de un pez.  -

- Debe ser un experimento fallido del proyecto Hakanaï que llevan a cabo los malévolos científicos de la postguerra. - contestó, girando en torno a la deformada criatura.

Mara Laira manipuló en su brazo un prisma de velos translúcidos tridimensionales.

- Ya que estamos aquí, vamos a entrar. El mapping nos llevará directo al laboratorio. - dijo, mientras calculaba el largo de la trayectoria.
- De acuerdo, yo las guiaré. - respondió el pelirrojo seriamente.

- ¿Porque tú? - protestó Duality. - Porque soy Dmiurgo, el maestro, el supremo artesano de sus vidas virtuales. - respondió esbozando una gran sonrisa.

Enseguida la voz de una silueta agazapada como un depredador los hizo sobresaltar.

- Qué importa quién los guíe, si tienen suerte podrán salir. - dijo con retorcida sonrisa.
En ese instante escucharon un rítmico y sordo retumbar de ondas magnéticas por la voluptuosidad del océano.

- Por aquí. - sugirió la ágil silueta, saliendo de su escondite. Perplejos ante la extraña mujer que lucía desafiante, los cuatro activaron una burbuja de energía aural para protegerse.

- ¡Apresúrense! Las gorgonias no tardaran en llegar. - insistió, al mismo tiempo que hacía aparecer una pirámide tetraédrica sobre el suelo marino.

- ¡De prisa, no puedo dilatar más el tiempo! - gritó, mientras el rayo violáceo que salía de sus pupilas verticales sostenía las entradas metálicas. Constatándose con la mirada, el grupo viajero decidió seguir al misterioso ser; un fulgor azulado selló el pasadizo y se perdieron tras de él.

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